En los últimos días, se publicó la octava edición del libro “Tratamiento de las enfermedades infecciosas 2020 – 2022, por parte de la Organización Mundial de la Salud OMS, en el que se actualizan conceptos, criterios y pautas de manejo de las enfermedades infecciosas.
Entre los temas abordados, se incluyen algunas consideraciones generales acerca del manejo de antibióticos, la clasificación de los agentes etimológicos, una revisión de los mecanismos de acción y resistencia y se abordan las principales infecciones pediátricas y del adulto, el tratamiento en niños con cáncer y problemas del sistema inmunológico, la profilaxis antimicrobiana y los riesgos de los antimicrobianos en embarazo y lactancia, entre otros.
Este es el llamado, sin precedentes en la historia, que han hecho los editores de una veintena de algunas de las revistas médicas más prestigiosas BMJ, LANCET, NEJM, entre otras, para que los líderes del mundo tomen acciones que permitan mejorar el aumento de las temperaturas globales. Según expertos en el cambio climático la temperatura se ha incrementado 1,5⁰C desde la era preindustrial y esto podría superarse entre el 2021 y el 2040.
Julio de este año fue el mes más caliente que se haya registrado en las estaciones meteorológicas y que han dado origen a incendios forestales en Siberia, Turquía y ha causado inundaciones sin precedentes en Bélgica y Alemania.
El calentamiento afecta el estado de salud de las personas en el mundo causando deshidratación, cáncer de piel, infecciones tropicales, deterioro de la función renal, problemas psiquiátricos, aumento en las cifras de muertes por enfermedades cardiovasculares, pulmonares, etc. Informes científicos dan cuenta que las poblaciones más vulnerables, los niños, los adultos mayores, las comunidades más desfavorecidas, los grupos étnicos pequeños ven afectado su estado de salud.
Y no hay que olvidar que el calentamiento contribuye al agotamiento de los suelos, la falta de productividad de las tierras, a la desaparición de los ríos y amenaza la seguridad alimentaria, sin contar los riesgos mayores de una pandemia.
Los editores de las revistas científicas piden a los líderes tener presente estos aspectos y que se comprometan con unas políticas que permitan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, a acelerar el desarrollo de tecnologías limpias y a trabajar en todo lo que permita un nuevo modelo de sociedad.
Artículo completo en https://espanol.medscape.com/verarticulo/5907677
https://espanol.medscape.com/verarticulo/5907677
https://espanol.medscape.com/verarticulo/5907677
Las vacunas contra la gripe pueden salvar la vida de las personas con
enfermedades cardiovasculares al reducir las complicaciones
cardíacas y prevenir la influenza.
Un estudio internacional dirigido por investigadores de la Universidad
McMaster y publicado en The Lancet Global Health descubrió que las
vacunas contra la influenza reducen en gran medida tanto la neumonía
como las complicaciones cardiovasculares en personas con
insuficiencia cardíaca.
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https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoid=102621
Los resultados de un estudio publicado hace poco en la revista Journal
of the American College of Cardiology muestran que el colesterol de
lipoproteínas de baja densidad y los triglicéridos predijeron de forma
modesta el riesgo de cardiopatía coronaria en adultos blancos y
negros.
El HDL-C bajo se asoció con un mayor riesgo de cardiopatía coronaria
en adultos blancos pero no en negros, y el HDL-C alto no fue protector
en ninguno de los grupos. Los cálculos de riesgo actuales basados en
el colesterol de lipoproteínas de alta densidad podrían conducir a una
evaluación de riesgo inexacta en adultos negros.
Los niveles más bajos de colesterol HDL se asociaron con un mayor
riesgo de ataques cardíacos en los adultos blancos, pero no en los
negros, y los niveles más altos no protegieron a ninguno de los
grupos.
La investigación encontró que, si bien los niveles bajos de colesterol
HDL predijeron un mayor riesgo de ataques cardíacos o muertes
relacionadas para los adultos blancos (una asociación aceptada desde
hace mucho tiempo), no ocurría lo mismo para los negros. adultos
Además, los niveles más altos de colesterol HDL no se asociaron con
un riesgo reducido de enfermedad cardiovascular en ninguno de los
grupos.
Fuente
https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoid=102643
Una investigación que utilizó datos del Registro de Cáncer de Noruega
(Oslo) y fue una colaboración entre investigadores del Registro de
Cáncer de Noruega y el Instituto de Investigación Médica del Hospital
del Mar en Barcelona, presentada hace pocos días en la 13ª
Conferencia Europea sobre el Cáncer de Mama, podría hacer que los
programas de detección de mama sean más efectivos y, en última
instancia, mejorar las tasas de supervivencia.
También podría significar que menos personas experimentan 'falsos
positivos' (cuando las pruebas de detección indican cáncer, pero otras
pruebas muestran que no hay cáncer) y 'sobrediagnóstico' (cuando las
personas son diagnosticadas y tratadas por un cáncer que crece
extremadamente lentamente y no causado ningún problema durante
su vida.
Leer más
https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoid=102619
En un reciente artículo publicado en la revista Nutrition, investigadores de Australia resumieron cómo la dieta podía ayudar a disminuir las concentraciones de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDLc) o triglicéridos en la hipercolesterolemia poligénica.
En esta revisión narrativa, los investigadores realizaron una búsqueda exhaustiva de la literatura publicada en inglés hasta febrero de 2023 sobre temas relacionados con el LDLc y las opciones de tratamiento para reducirlo en humanos. Múltiples estudios genéticos han confirmado que es la causa de la ECV aterosclerótica.
En resumen, el mejor enfoque debería ser diversificar la ingesta dietética. Por ejemplo, sustituir los ácidos grasos saturados por AGPI podría reducir las LDLc en más de un 10%. Seguir una dieta basada en plantas también podría reducir el LDLc en un ~20% si se toma en las proporciones adecuadas. También podría resultar beneficioso reducir el consumo de colesterol en la dieta y complementarla con esteroles vegetales y otros nutrientes.
La dieta cetogénica o “keto”, que consiste en consumir cantidades muy bajas de hidratos de carbono y cantidades elevadas de grasas, ha ido ganando popularidad en los últimos años.
Sin embargo, un nuevo estudio presentado en la Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología junto con el Congreso Mundial de Cardiología sugiere que una dieta “keto” puede estar asociada a niveles más altos de colesterol “malo” en sangre y a un riesgo dos veces mayor de sufrir episodios cardiovasculares como dolor torácico (angina de pecho), obstrucción de las arterias que requiera la colocación de un stent, infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
Un artículo publicado recientemente en la revista Clinical Nutrition, presenta los resultados de una investigación llevada a cabo para entender la mejor forma de prescribir probióticos, desde una óptica del microbioma individual, una perspectiva muy interesante, especialmente en un momento histórico en que existe una gran preocupación mundial por la resistencia de los agentes bacterianos frente a los antibióticos y por los efectos que pueden tener los últimos en la salud del microbioma humano.
Normalmente, se piensa y se trabaja en prevención de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica. Trasladar estas ideas a la prevención de la insuficiencia cardíaca es un poco más complicado.
En los últimos años el enfoque de la prevención ha puesto el foco en la insuficiencia cardiaca, una perspectiva interesante porque muchos de los principios de la prevención de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica podrían aplicarse muy fácilmente a la prevención de la insuficiencia cardíaca.
¿Quieres conocer el ABCD de la prevención en insuficiencia cardiaca?
En un articulo publicado recientemente en la revista Food Research International Journal, se presentan los resultados de un estudio realizado con el objetivo de examinar el impacto de los alimentos ultraprocesados (UPF) en el eje microbiota-intestino-cerebro.
Los investigadores pusieron de relieve cómo los UPF podrían alterar la microbiota intestinal, provocando disbiosis metabólica, inflamación y deterioro de la función cerebral a través del eje microbiota, intestino, cerebro.
