El brote global de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) ha sido testigo de una avalancha de estudios clínicos, algunos muticéntricos y multinacionales. Sin embargo, un sentido de urgencia palpable y una preocupación persistente de que “en situaciones críticas, los ensayos controlados aleatorios grandes no siempre son factibles o éticos”, perpetúan la percepción de que, cuando se trata de los rigores de la ciencia, las situaciones de crisis exigen excepciones a altas normas de calidad.
Un artículo publicado hace unos pocos días en la revista Science plantea interesantes reflexiones en torno al dilema si se deben manejar o no reglas éticas y metodológicas excepcionales en los estudios de investigación en tiempos de crisis.
De acuerdo con los autores, en los últimos meses se iniciaron estudios de fase temprana antes de completar las investigaciones que normalmente se requerirían para garantizar un mayor desarrollo de la intervención, y los ensayos de tratamiento han utilizado estrategias de investigación que son fáciles de implementar pero que es poco probable que produzcan estimaciones de efectos imparciales.
Numerosos ensayos que investigan hipótesis similares corren el riesgo de duplicar el esfuerzo, y una gran cantidad de trabajos de investigación se apresuraron a “preimprimir” versiones anticipadas, con el objetivo esencial de externalizar la revisión por pares a médicos y periodistas en ejercicio.
Si bien las crisis presentan importantes desafíos logísticos y prácticos, la misión moral de la investigación sigue siendo la misma: reducir la incertidumbre y permitir que los cuidadores, los sistemas de salud y los responsables políticos aborden mejor la salud individual y pública.
En lugar de generar permiso para llevar a cabo investigaciones de baja calidad, la urgencia y la escasez de tiempo en época de pandemias, aumentan la responsabilidad de los actores clave en la empresa de investigación de coordinar sus actividades para mantener los estándares necesarios para avanzar en esta misión.
Referencia
London AJ, Kimmelman J. Science. 2020; 368; 6490: 476-477DOI:10.1126/science.abc1731
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